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En otra sesión para olvidar, en la que los diputados del congreso local demostraron el ínfimo nivel de debate existente en la presente legislatura, se trataron en la sede del lagislativo, puros asuntos de mero trámite e intrascendentes y el único punto que valía la pena, ya había sido cabildeado con anticipación, por lo que la sesión solo sirvió para que los priistas dieran rienda suelta a su afán de protagonismo y a las ansias por creerse estrellas televisivas, común a este gobierno de caricatura.
La sesión comenzó media hora tarde para variar e incluyó la consabida cuota de lectura de actas, circulares y oficios que no tienen ninguna razón de ser válida y que pretenden engañar a quienes no saben, haciéndoles creer que los diputados trabajan mucho, cuando en realidad la evidencia los desenmascara, pues durante las consabidas lecturas, hacen de todo y se dedican a perder el tiempo, sin poner el menor interés o atención en lo que se lee.
El primer asunto que se trató fue dar un reconocimiento al Instituto Tecnológico de Mérida por sus cincuenta años de labores y se aprobó por unanimidad.
Tras esto, se sometió a discusión el proyecto de ley del reglamento de fiscalización de la cuenta pública del estado de Yucatán. Tras la absurda lectura de la exposición de motivos, que bien podría obviarse, la diputada priista Martha Góngora afirmó que este reglamento enriquece la auditoría superior del estado, órgano que auxilia a los diputados en su tarea de fiscalización, que especifica las multas a imponer a los órganos que se fiscalizan en caso de incumplimiento y que señala los documentos que deben presentar las entidades fiscalizadas, permitiéndoles de requerirse, recurrir a los servicios de despachos externos.
El diputado panista José Collado comentó que de esta manera se regula de forma eficiente, transparente y oportuna la rendición de cuentas y los procesos de fiscalización e indicó que era lamentable que este reglamento se haya aprobado hasta ahora y que el congreso local haya pasado 323 días en desacato al no aprobarlo de manera oportuna.
En asuntos generales, el diputado David Ramírez del PVEM, demostró que se esconde a la hora de hablar de asuntos trascendentales, pero que es el rey del protagonismo sin consecuencias, subiendo a la tribuna a hablar del día mundial del agua, de la importancia de cuidarla y que la población tenga acceso al agua potable y aprovechó para tirar un cebollazo según el, a las autoridades municipales que cumplen con su trabajo, elogiando a trabajadores que no cortaron un árbol completamente y lo transplantaron a algún lugar con todo y pajaritos.
El diputado panista Renán Barrera le contestó que el cuidado de la naturaleza no es cosa de discursos y expresó que le habría gustado ver a ese diputado defendiendo los árboles que se talaron en el paso deprimido, por lo que manifestó que había que ser congruentes y decir las cosas tal cual son.
Se citó a sesión el próximo martes 13 de septiembre a las once de la mañana.