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Tradicionalmente se piensa que la cirrosis solo puede ser resultado del abuso del alcohol, pero lo cierto es que las personas con malos hábitos alimenticios también pueden desarrollar cirrosis, advirtió el Dr. José Roberto Barba Evia, jefe de la División de Auxiliares de Diagnóstico y Tratamiento del Hospital "Ignacio García Téllez" del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Dio a conocer que previo a la cirrosis la persona desarrolla una condición llamada hígado graso o esteatosis hepática que consiste en que el hígado se engrasa, es decir, produce una hepatitis grasa por malos hábitos alimenticios. Esta enfermedad se ve en gente con sobrepeso y obesidad. En personas delgadas el daño hepático puede ser ocasionado por diabetes o por la toma de medicamentos.
Agregó que el hígado graso es asintomático y es reversible si se evita el factor que está afectando el hígado. Si se cuida la alimentación y se hace ejercicio, el hígado vuelve a su normalidad. Si la persona sigue consumiendo alimentos que lo afectan, entonces, el hígado pasa a la segunda fase, que es la fibrosis o cicatrización del hígado, que lleva a una insuficiencia hepática.
Dr. José Roberto Barba Evia, jefe de la División de Auxiliares de Diagnóstico y Tratamiento del Hospital "Ignacio García Téllez" del IMSS.
Precisó que en la fibrosis sí hay síntomas: crecimiento del abdomen por retención de líquidos (ascitis), várices esofágicas y sangrado.
—El hígado, al no poder realizar ciertos metabolismos, retiene líquido, que se escapa y se queda en el abdomen. Por ello los alcohólicos son panzones. Cuando la cantidad de líquido retenido es mucho hay que "picar" para sacarlo. En cuanto a las várices, el problema es que sangran y mucha gente muere por choque, por desangrarse.
El galeno comentó en la entrevista que, debido a que es asintomático, la persona puede vivir con hígado graso hasta 15 o 20 años, lo que puede hacer que la condición evolucione a una cirrosis.
Al preguntarle al respecto, dijo que la población con mayor riesgo de padecer hígado graso y, posteriormente, cirrosis, son los niños. Uno de cada cinco niños es obeso. La obesidad y sobrepeso son factores de riesgo.
—Si ves a un niño obeso, sobre todo si es moreno, en la parte de atrás de su cuello tiene una mancha negra. Eso quiere decir que tiene un hígado graso. A ese niño, hay que ponerlo a dieta y a ejercicio. En los niños claros no se forma la mancha, por lo que es recomendable un ultrasonido de hígado buscando deliberadamente esteatosis hepática.
Es importante que los niños obesos cambien sus hábitos alimenticios, hagan dieta y ejercicio. De no hacerlo, a los 35 o 40 años van a ser pensionados o fallecidos. El mejorar la alimentación no sólo se refiere a dejar de comer productos grasosos sino también refrescos embotellados (azucarados), ya que pueden ser metabolizados como grasas. La cirrosis no es reversible, de hecho, es una sentencia de muerte y lo único que puede hacerse para tratar de luchar contra ella es un transplante de hígado.
Lamentó que desafortunadamente no hay mucha difusión sobre el tema de hígado graso. Explicó que también es lamentable esa falta de atención por parte de la gente: aún sabiendo de esta enfermedad, no cambian sus hábitos alimenticios.
—Hay mucha gente que murió de cirrosis y sus conocidos dicen que "ni tomaba".
Explicó que —en torno a la oportuna atención de hígado graso— a pesar de que México ocupa uno de los primeros lugares en sobrepeso y obesidad, por encima de los norteamericanos, no es tan frecuente. Por lo general, esta condición avanza a cirrosis.
Comentó que esto también se debe a que los radiólogos no reportan esteatosis, aunque lo vean. No dicen nada porque no es la causa que están buscando. Pero si a toda la gente con sobrepeso o con obesidad se hiciera el ultrasonido buscando esteatosis, la encontrarían. La mejor forma de saber qué tan dañado está el hígado es a través de pruebas de laboratorio.
Señaló que la calidad de vida del paciente, después de que el hígado graso ha evolucionado a cirrosis, dependerá del daño del hígado, el tipo de alimentación o, si toman muchos medicamentos por otra enfermedad, entonces esa cirrosis más rápido se va a desarrollar. Sin embargo, se ha visto en estudios de cirrosis, ocasionados por hepatitis C que, si las personas se cuidan —sobre todo mujeres— les puede tomar hasta 35 años para desarrollar una cirrosis que las lleve a una insuficiencia hepática.
Finalmente, dijo que en el hígado graso, evolucionado a cirrosis, se va a convertir en un problema de salud para México en unos años debido al aumento del sobrepeso y la obesidad, especialmente en niños. Eso nos obliga a tomar precauciones para evitar que estos futuros adultos sufran de una muerte prematura. L.I.