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¿Qué pasará en el D.F.? Los "avanzados" de izquierda movieron las cosas en la asamblea del D.F. y, en esa forma, impusieron una legislación que despenaliza el aborto cuando la expulsión voluntaria y asistida del feto se hace antes de que el producto tenga más de 12 semanas de gestación.
La Suprema Corte de Justicia en México decidió, hoy, septiembre 28 de 2011, que la legislación de Baja California es válida. Esto quiere decir que deja a las demás legislaciones estatales en libertad de mantener penas corporales en contra de las personas que participen en la inducción de un aborto.
¿Qué se debe hacer con una mujer que decide deshacerse del producto de una fecundación de uno o varios de sus óvulos? ¿Se le castiga? ¿Se le respeta la decisión de no usar su fábrica de gente para la formación de un ser humano más?
Si el aborto se permite —como sucede en el Distrito Federal, hoy— se entiende que la sociedad está respetando el derecho de cada mujer a decidir qué hacer con el producto de una fecundación que lleva dentro de su cuerpo y que no desea continuar.
Si el aborto no se permite entonces al hacerlo, todos los que participan están sujetos al tratamiento de la ley para quienes hacen algo que no está permitido.
Para que una mujer quede embarazada se necesita la participación de un hombre. Si una mujer es promiscua y acostumbra tener sexo con múltiples hombres, la única forma de determinar cuál es el responsable es mediante una prueba de DNA.
Si el aborto se penaliza, lo justo es que el castigo sea también para el hombre que causó el embarazo. Pero, supongamos que una mujer tiene relaciones sexo genitales con una colección de ejemplares del género masculino. Resulta embarazada. "Quiero abortar", dice. "La ley no lo permite", se le responde.
Entonces ella busca la manera ilegal de hacerlo. La encuentra. Paga para que se ejecute el acto médico de destrucción de vida en gestación. ¿Asunto terminado? Sí, pero solo si nadie se entera o nadie decide poner una demanda penal en contra de la que abortó y todos los involucrados.
No conocemos a fondo la legislación de Baja California —esa que tuvo que ser revisada por la Suprema Corte, aprobándola— pero entendemos que el delito de abortar no puede recaer solo en la mujer que solicita la intervención médica para dejar de llevar a cabo la gestación. Necesariamente habrá cómplices y, el primero tiene que ser el varón de la obra.
"Yo no estoy de acuerdo en que se realice el aborto y, si ya se realizó, yo no lo aprobé", dice el varón. En efecto: no hay papel firmado por el engendrador en el que este apruebe el aborto. Tampoco hay papel alguno firmado por el engendrador previo al acto sexual con premio, en el que el macho haya declarado que no se hace responsable de un embarazo, que no aprobará el aborto y que tampoco contribuirá con nada a la vida del gestante. ¡Complicado tendría que estar el contrato!
¿Y si no firmó nada de eso? La ley tendría que prever el asunto: "En caso de no existir un contrato expreso, el varón se hará responsable de cualquier evento legal relacionado con el producto de su acto sexual con cualquier mujer." O bien, se crea una ley "superior" y en ella se declara que todos los varones son corresponsables del producto de sus actos sexuales con mujeres.
¿Ya está todo esto resuelto? De no estarlo, en alguna forma cualquier legislación punitiva en contra del aborto no está cubriendo todas las partes del asunto.
Antes de que existiera la agricultura —y perdón por irme tan lejos, pero estas cosas deben entenderse en forma integral, total, porque no son pamplinas— el nacimiento de un humano era asunto del grupo humano. Para empezar, el asunto no se identificaba como algo en lo que habría participado UN varón, sino varios de ellos.
Tanto la gestación como el nacimiento, por lo tanto, se convertían en asunto de la comunidad. Ninguna mujer u hombre eran responsables de prole alguna. Probablemente los críos, al nacer, se convertían en parte del grupo y habrían de ser cuidados por todas las mujeres, todas las cuales serían "madres", hayan o no dado a luz críos propios.
Hoy la cosa es totalmente diferente. Una mujer que se embaraza se convierte en absoluta responsable del producto de su acto sexual. Los movimientos feministas han protegido el derecho de la mujer a disponer de su cuerpo en total libertad. Al varón que contribuyó al embarazo ni se le habría de preguntar qué hacer con respecto al nuevo ser.
Muchas mujeres hoy escogen estudiar carreras universitarias y luego meterse en la competencia de las carreras laborales. Somos 7 mil millones de humanos compitiendo entre sí por ser "el mejor". Es obvio que la inmensa mayoría va a perder el primero lugar. De allí que los participantes deben entrar a la carrera con miras a disfrutar el proceso en sí, no las metas.
¿Qué pasa si un fallo en la actividad sexual produce un embarazo que se convierte en obstáculo para esa carrera por la competencia en la vida? Una respuesta que no deja de ser válida es: "abstenerse de cualquier tipo de actividades sexuales" o bien, "cuidar en extremo el asunto del control del embarazo". Pero si la abstención "falló" un día a favor de la pasión ¿listo, terminado? ¿Es el fin de la carrera? "Sí" responden, sin duda alguna, los defensores de las vidas humanas en gestación.
Existen múltiples formas de evitar embarazos no deseados. Pero para ello los participantes deben estar totalmente conscientes, ambos, de los peligros involucrados. El líquido que expulsa el varón en el momento del acto sexual es la combinación más peligrosa de moléculas que puede darse para cambiar totalmente el destino de la vida de la mujer (seguro) y del hombre (debería ser).
La abstención completa puede convertirse en un acto irresponsable en un momento no planeado de pasión. Por lo tanto, aún en abstención, las mujeres deben prepararse para ser estériles en tanto sus planes existenciales no incluyan la posibilidad de atender y educar nuevos seres humanos.
La educación de nuestra sociedad debe ir francamente dirigida a que todas las mujeres estén siempre —una vez que están en circulación y en edad de reproducirse, pero sin planes para hacerlo— en alerta para que una relación sexual no llegue jamás a convertirse en un embarazo no deseado.
Además de la vasectomía irreversible, no se ha diseñado método alguno que impida el que un varón sea fértil cuando tenga relaciones sexuales con una mujer que no desea tener prole. ¿Por qué laboratorios, ciencia médica y, en general, los que habrían de resolver el asunto, no han hecho nada para colocar en el varón la responsabilidad de evitar embarazos en las relaciones sexuales? ¿Por qué se ha dejado el asunto totalmente bajo la responsabilidad de la mujer?
O ¿será que los condones ya son finalmente 100% seguros?
Todos hemos visto por lo menos una vez los anuncios en horarios de lujo informando de la perfección de los condones, combinados con píldoras que prometen elevar la capacidad sexual —y el goce mutuo— por encima de los niveles normales esperables. Los anuncios con respecto al condón y los niveles de placer que este y otros productos contribuyen a lograr, deben haber sido hechos con plena consciencia de múltiples instituciones sociales.
La sociedad mexicana se ha convertido en una de las más abiertas en el mundo con respecto al respeto absoluto que todos le deben a las mujeres con respecto a la sexualidad que ellas decidan ejercer. Eso, creo yo, es algo positivo. En general las religiones que existen hoy promueven, todas ellas, alguna forma en la que intrínsecamente el sexo no es algo ni especial ni deseable sino solo cuando una pareja ha resuelto ser responsable del producto de su sexualidad.
El mensaje enviado por los jueces de la Suprema Corte va en consonancia con lo que muchas personas expresan, incluso en forma apasionada: "las mujeres que son capaces de rechazar el ser que han concebido son monstruosas y merecen castigos penales".
Todos hemos conocido mujeres que hoy son muy valiosas. Muchas de ellas han criado numerosas personas que hoy son hombres y mujeres triunfadores en la vida. Y, sin embargo, alguna vez recurrieron a la ¿monstruosidad, de verdad? de contratar un aborto antes de que estuvieron listas para ejercer como madres responsables.
Hoy los seres humanos no son solo una especie biológica, sino una especia social, con historia, leyes y decisiones muy complejas por tomar todos los días. El hecho de que la sexualidad continúe siendo un asunto latente es un indicador de que es un tema que no hemos resuelto satisfactoriamente. (Libro de todos estos artículos en: http://tinyurl.com/6rhabav).