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ESPAÑA.- Un ensayo clínico en fase I revela la seguridad y eficacia inmunitaria de la vacuna preventiva desarrollada por españoles del CSIC (Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas) contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El 90% de los voluntarios no infectados ha desarrollado una respuesta inmune al virus y el 85% de ellos la ha mantenido durante, al menos, un año.
El éxito del tratamiento, presentado hoy miércoles 28, se basa en que el sistema inmunológico puede quedar entrenado para responder frente a partículas del virus y células infectadas de forma duradera.
El investigador en el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC Mariano Esteban, responsable del desarrollo del compuesto, ha explicado que la 'MVA-B ha demostrado que es tan potente o mejor que las vacunas actualmente en estudio'.
'Los resultados deben ser tomados con cautela ya que el tratamiento sólo se ha probado en 30 voluntarios y, aunque estimula una respuesta potente en la mayoría de los casos, es pronto para predecir si las defensas inducidas prevendrán la infección', matiza el doctor responsable del equipo de investigación, Felipe García.
El tratamiento ha demostrado su éxito en personas no infectadas por el VIH. El siguiente paso a dar, según han explicado los investigadores, es probar la vacuna en personas ya infectadas.
El origen del arma
En 1999, el equipo de investigación de Esteban comenzó a trabajar en el desarrollo y preclínica de MVAB, que recibe su nombre de su composición a partir del virus Vaccinia Modificado de Ankara (MVA). Se trata de un virus atenuado que se usó para erradicar la viruela y que sirve de modelo en la investigación de múltiples vacunas. La B procede del subtipo de VIH contra el que lucha, el más prevalente en Europa.
El desarrollo de la MVAB se basa en la introducción de cuatro genes del VIH (Gag, Pol, Nef y Env) en la secuencia genética de vaccinia. Un sistema inmunitario sano reacciona frente al MVA, y los genes de VIH insertados en su ADN no son capaces de infectar a seres humanos, lo que garantiza la seguridad del ensayo clínico.
Un total de 24 voluntarios recibió el tratamiento con MVA‐B mientras que los otros 6 recibieron un placebo, según un proceso de doble ciego. La vacuna se administró en tres dosis por vía intramuscular en las semanas 0, 4 y 16, desde el inicio, y sus efectos se evaluaron en sangre periférica hasta la semana 48, cuando concluyó el ensayo.