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18 de febrero.- Un grupo de científicos mapeó por primera vez el genoma del temido demonio de Tasmania australiano y halló que los tumores faciales letales que están diezmando a la especie evolucionan muy lentamente, lo que podría permitir que se encuentre una forma de ayudarlos antes de que se extingan.
Además, los científicos de la Universidad Nacional Australiana dijeron el viernes que su descubrimiento, publicado en la revista PLoS Genetics, podría ayudar a desentrañar el proceso de cómo evolucionan los cánceres humanos.
Diablo de Tasmania con cáncer facial.
Los demonios de Tasmania, popularizados por la fiera animada "Taz", son marsupiales carnívoros del tamaño de un perro pequeño. Los tumores faciales han devastado a la población salvaje confinada a la isla australiana de Tasmania.
Los científicos creen que a menos que se encuentre ayuda, la población salvaje podría extinguirse dentro de algunas décadas.
Pero el mapeo llevado a cabo por investigadores dirigidos por Janine Deakin halló que, a nivel genético, esos tumores evolucionan muy lentamente, lo que facilita su estudio y posiblemente brinde la posibilidad de sortearlos.
Además, esto ofrecería una posibilidad inusual de estudiar cómo se desarrollan los cánceres humanos, agregó Deakin.
"Dado que hallamos que el tumor del demonio está evolucionando tan lentamente, podemos usar eso como un modelo para observar los cánceres en los humanos. Es un poco más lento que el proceso de cáncer en las personas", añadió la autora.
"En los cánceres humanos, los cambios pasan tan rápido que no tenemos posibilidad de investigar los mecanismos que actúan. Y sí podemos hacer eso con el demonio", aclaró.
El tumor del demonio de Tasmania se disemina por contacto piel con piel y causa la muerte deformando a los animales, que mueren de hambre o asfixia.
El equipo de Deakin también halló que fragmentos importantes de los cromosomas de los demonios afectados por los tumores están mezclados, como un gran rompecabezas armado de la forma incorrecta.
"Un cromosoma en particular está completamente destrozado, lo que hace que los genes no estén en el orden apropiado", dijo Deakin.
Ese descubrimiento podría llevar a más rutas de investigación.
Un estudio previo estadounidense sobre demonios de Tasmania mostró que la población ya tenía poca diversidad genética, lo que los volvería vulnerables al cáncer.