Rocío Rodríguez Alayola, comentó que exhibiéndose como un individuo timorato y temeroso de incurrir en la ira de los poderosos, Luis López Martín, presidente del consejo de notarios del estado de Yucatán, se limitó a poner a disposición de la titular del poder ejecutivo del estado, el expediente de la causa penal que se sigue a su aún esposo, el notario público número 16 Carlos Alfredo Evia Salazar, dejando en manos de la gobernadora la responsabilidad de decidir su suerte.

Consejo de Notarios turna el caso al ejecutivo

Comentó que obra en su poder copia del acta de la más reciente asamblea realizada por el consejo de notarios del estado de Yucatán, el día 7 de febrero de 2012, reunión en la que debía decidirse que sanción imponer a Evia Salazar, de conformidad a lo prescrito en la ley del notariado, que dispone que en caso que alguno de los fedatarios incurra en actos que lesionen la imagen del colectivo de notarios, se impondrán sanciones que van desde la suspensión temporal de actividades, hasta la definitiva.

El caso Evia Salazar, en manos de Ivonne Ortega

Mencionó que el supuesto anterior se encuentra fehacientemente acreditado con la demanda interpuesta contra su aun esposo por el delito de incumplimiento de las obligaciones de asistencia familiar, en autos del juzgado octavo de defensa social y con el auto de formal prisión librado en su contra, por el juez de la causa, destacando que López Martín en vez de asumir su papel como presidente de una entidad autónoma como el consejo de notarios, adoptó una conducta temerosa y se limitó a poner a disposición de la gobernadora el expediente correspondiente, lo que hace pensar que veladamente está protegiendo a su cofrade, por un malentendido espíritu de cuerpo.

Encubrimiento indebido

Indicó que López Martín intentó desde un principio proteger a su cofrade, desde el momento que tardó mas de un mes en resolver algo que pudo haber hecho en un par de días y que para peor suerte, ni siquiera se atrevió a implementar una sanción, sino que procedió como si fuera una oficina de trámites al servicio de la titular del ejecutivo estatal, lo que es vergonzoso para él y deja muy malparado al notariado yucateco.

En manos del ejecutivo decidir que pasa

Subrayó que ahora la pelota se encuentra en la cancha de la titular del ejecutivo, toda vez que la ley del notariado no especifica el tiempo en que el ejecutivo debe de resolver en un caso como este, en el que el consejo de notarios no tomó determinación alguna. Enfatizó que el oficio en que López Martín turnó al ejecutivo la responsabilidad de determinar lo que se debe hacer con Evia Salazar, iba con copia a Sergio Cuevas González, reputado de manera pública y notoria, como protector de su aún esposo, merced a actividades de negocios en común.

Reiteró que espera que en esta ocasión la gobernadora cumpla con aplicar la ley del notariado, toda vez que anteriormente le dirigió una carta en la que le daba a conocer su situación y circunstancias, no hubo respuesta alguna. Agregó que esperaba que como mujer fuera sensible a la situación por la que está atravesando y que confía en que cumpla con la protesta realizada al asumir la titularidad del ejecutivo estatal de cumplir y hacer cumplir la ley.

Evia Salazar presume ser influyente e intenta amedrentarla

Comentó que éste último cumplió las amenazas vertidas recientemente, intentando amedrentarla a ella y a cuantas personas se han ofrecido a declarar a su favor en el proceso penal instruido en contra del incumplido fedatario, utilizando facciosamente las instancias jurisdiccionales, en las que presume estar muy bien parado, motivo por el que se jacta de que nadie lo podrá tocar.

Destacó que su aún esposo se llena la boca diciendo ser un hombre muy influyente, que tiene amigos poderosos instalados en altos puestos del gobierno del estado, motivo por el cual se jacta que nadie lo podrá tocar, pues presume tener amistad íntima con Sergio Cuevas González, consejero jurídico de la administración estatal en turno.

Carlos Evia Salazar presume ser muy influyente y que nadie lo podrá tocar

Mencionó que recientemente, su hija Monserrat Evia Rodríguez, acudió a ver a su padre para solicitarle cubriese la colegiatura correspondiente a los estudios que realizaba en conocida universidad privada y para reiterarle la solicitud de que le proporcionara un techo y una cantidad fija por concepto de manutención, toda vez que su progenitor, deposita cuando le da la gana, en una cuenta a la que ella tiene acceso, a través de una tarjeta de débito, haciéndolo siempre de manera irregular.

Comentó que en vez de responder al requerimiento de su hija, Evia Salazar se puso fuera de sí y le dijo estar muy molesto por la demanda que su madre había interpuesto en su contra, pues alegó lo perjudicaba en su trabajo y acto seguido, amenazó con que metería a la cárcel a su madre y a quienes atestiguaron en la averiguación previa instruida en su contra. Agregó que presumió ser muy amigo del consejero jurídico del gobierno estatal (Sergio Cuevas) con quien tenía negocios y que debido a ello, a quien se pusiera en su contra, le iría muy mal. Resaltó que su hija le respondió que tuviera cuidado, porque si dañaba a su madre, tendría que olvidarse de ella.

Evia Salazar intenta vengarse

Expresó que el jueves 16 de febrero de 2012, se presentó a eso de las nueve de la mañana personal de la Fiscalía General del Estado a llevarle un citatorio, con lo que se comprueba la connivencia entre Evia Salazar y las autoridades del gobierno del estado, que no solamente lo encubren y protegen, sino que se convierten en sus promotores y cómplices, al ayudarlo a cumplir sus perversos designios. Agregó que la Fiscalía General del Estado le envío un citatorio en autos del expediente 1171 de la agencia octava del ministerio público y que sabe que la averiguación previa por difamación y calumnias, inició en 2011.

Finalizó expresando que a pesar de las amenazas y los vínculos de Evia Salazar con personajes del gobierno del estado, seguirá adelante porque le asiste la razón y ya nada ni nadie le inspirarán miedo ni podrán hacerla volver a callar. Es hora de que la ciudadanía rompa el silencio y exija lo que a su derecho corresponda.