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LONDRES, 1 de marzo.- Una pareja de africanos sumergió a un joven en una bañera hasta darle muerte el día de Navidad. La propia víctima pidió que terminaran con su vida tras varios días en los que fue lastimado con cuchillos, palos y martillos.
Este jueves, en Londres, una mujer de 29 años y un hombre de 28, ambos de origen congoleño, fueron declarados culpables del asesinato del hermano pequeño de ella, ocurrido en 2010.
Magalie Bamu y su pareja, Eric Bikubi, atormentaron durante tras días a Kristy, sobrino de ella.
La escena del crimen.
La víctima vivía en Francia y viajó a la capital inglesa junto a tres de sus hermanos para visitar a la pareja, pero unos días después los anfitriones empezaron a acusarlos de traer a su casa kindoki, o brujería.
Si bien en un primer momento todos los niños fueron golpeados, el asesino se centró finalmente en el joven, después de que se orinara en los pantalones, y animó a sus hermanos a que participaran en los maltratos.
El adolescente, de 15 años, fue torturado durante tres días con cuchillos, palos, barras de metal y un martillo, que le causaron tanto dolor que lo llevaron a rogar que lo mataran. La Fiscalía calificó las agresiones sufridas por la víctima como "un prolongado ataque de un salvajismo y una brutalidad inconcebibles".
Tras los tres días de tortura, Kristy Bamu falleció. En Gran Bretaña se comenta que los pastores fundamentalistas están extendiendo la creencia en la brujería.
Cuando la víctima fue encontrada por los servicios de emergencia, su cabeza, cara, espalda y brazos estaban cubiertos de cortes profundos, y le faltaban dientes. El forense cifró en 101 las heridas en su cuerpo, a las que señaló, junto al ahogamiento, como la causa de la muerte.
Eric Bikubi y Magalie Bamu -que serán sentenciados el próximo lunes- negaron la acusación de asesinato. No obstante, a través de un comunicado, la familia de la víctima este jueves expresó: "Kristy murió en unas condiciones inimaginables en las manos de personas a las que quería y creía, gente a la que todos queríamos y creíamos". Además, aseguraron que la Navidad, "una fiesta de alegría, estará siempre marcada por este terrible suceso".