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La lección de que hacer tu tarea, y hacerla bien, rinde provecho es el tópico sobre México este mes. Ése es el mensaje de Richard W. Fisher, presidente y director ejecutivo del Banco de la Reserva Federal de Dallas, quien en su más reciente visita al mercado de valores fue pródigo en elogios al manejo de las finanzas públicas en nuestro país.
Y éste fue también el tópico subyacente del nuevo bono global en el mercado internacional de capital por un monto de 2 mil millones de dólares, segunda colocación de México en lo que va del año.
El buen manejo de la economía ha convertido a México en un destino confiable para la inversión. En la imagen, el Presidente Felipe Calderón al anunciar los proyectos del Grupo Ferrero en nuestro país.
La parte notable del asunto no es el vencimiento dentro de 32 años (el nuevo bono vence en 2044), lo cual hubiera sido suficientemente impresionante hasta hace poco. (En 2010, México se convirtió en el primer país de América Latina en colocar un bono centenario).
Lo más notable fue que el nuevo bono paga un cupón de 4.75 por ciento, el cual es el más bajo que obtiene un emisor latinoamericano para una colocación de igual plazo en el mercado de dólares. En un comunicado, el Secretario de Hacienda explicó que el instrumento de deuda otorgará a los inversionistas un rendimiento al vencimiento de 4.84 por ciento.
“Esta transacción le permite al gobierno federal aprovechar el acceso al financiamiento en los mercados internacionales de capital en condiciones favorables, lo que fortalece además la estructura de la deuda pública”, añadió el informe de Hacienda.
Agregó que durante el proceso de colocación, la demanda logró ser rebasada a 6 mil 700 millones de dólares, el equivalente a 3.4 veces el monto emitido, con una participación de más de 280 inversionistas de EU, Asia, Europa, Sudamérica y México.
“A pesar de que persiste la volatilidad en los mercados financieros internacionales, el gobierno tuvo acceso a financiamiento a costos atractivos y con la participación de una amplia gama de inversionistas”, reiteró el comunicado.
Hacienda precisó que a diferencia de otros países que actualmente enfrentan problemas para obtener financiamiento, debido al deterioro de sus finanzas públicas, México mantiene una proyección de crecimiento estable y un nivel bajo de deuda pública.
Finalmente destacó que en la medida en que las condiciones económicas y financieras lo permitan, se llevarán a cabo este tipo de operaciones que permitan obtener costos de mediano y largo plazo favorables para la deuda pública, así como niveles de riesgo prudente.
Como Bloomberg reportó el lunes, ese nivel está 170 puntos sobre los bonos del Tesoro de EE. UU. a un plazo similar. También se indica que el interés de la deuda gubernamental de México cayó a un porcentaje histórico de 4.29 el 2 de marzo, a partir de un 5.18 por ciento hace un año.
Claramente esto es un reflejo de las condiciones del mercado, pero también es verdad que esta situación positiva no habría sido posible si el gobierno de México no se hubiese esforzado en los pasados 15 años en dar solidez a su economía, al mismo tiempo que construía su reputación en el mercado (nacional e internacional).
Véase por ejemplo cómo la deuda externa disminuyó de 16.5 por ciento del Producto Interno Bruto al 5 por ciento de hoy, en simultaneidad con la disminución del riesgo país y la volatilidad.
La crisis se reconoce cuando aparece. Es difícil percibirla antes, pero se puede prevenir, al menos para no cometer el mismo error. Así que no sé dónde o debido a qué tendremos una próxima crisis, pero su prevención tiene que ver con mejor regulación y supervisión en todos los órdenes, desde luego en el mercado financiero y sus instituciones, local y globalmente hablando; no puede pensarse más en empresas “demasiado grandes para dejarlas quebrar”: Richard W. Fisher.
Asimismo, es de considerar cómo ha evolucionado el mercado interno mexicano. En 2001, colocó sus primeros bonos globales (cetes) a 10 años, en pesos; dos años después, emitió otros a 20 años. Y en 2006, a 30 años. En cada caso estableció nuevas marcas mientras mantenía un presupuesto balanceado. Aplausos y una estrella dorada para México.
--¿Cómo hemos sobrevivido a los pasados cuatro años?-pregunta el reportero de Excélsior a Fisher.
--Más allá de las afectaciones evidentes Texas y México han hecho un buen papel.
La cuestión no es qué nos pasó en la crisis sino cómo se salió de ella; si se aprendió algo. Y México salió más rápido que EU y Texas también.
El peso mexicano es una moneda más fuerte, la curva de rendimiento se ha aplanado, en general tienen un sistema financiero más maduro y más allá de la caída de 2009, tienen una manufactura más sofisticada; el petróleo quedó atrás y con respecto a la dependencia con la economía estadunidense, la relación pasa por Texas y crecemos al doble que el país.
Cada quien tiene la crisis que se merece y somos en ese sentido “el mejor caballo de la cuadra”, admitiendo que la cuadra no está en su mejor forma. Estamos saliendo bien de la crisis.
Un viejo dicho entre banqueros centrales es que se debe retirar la ponchera cuando la fiesta ya está animada y en EU se hizo lo contrario, se dejo la ponchera en la mesa y se le agregó más licor. Mucho dinero en circulación sin supervisión adecuada. Ahora todo ha cambiado, para mejorar
En México, de hecho, las cosas se han hecho mucho mejor. Se pueden implementar mucho más fácilmente los requerimientos de “Basilea III”, requerimientos de capital en la banca, etc. En esto, Banco de México ha tenido una intervención brillante.
Ya se han hecho cosas desde hace tiempo en las que en EU está empezando. Estamos aprendiendo de ustedes; se deberían sentir orgullosos.(con información de Adam Thomson en beyondbrics, Excélsior y Milenio)