938 palabras
Son varios los hechos que pronostican la derrota del PRI en Oaxaca, y auguran la victoria de la coalición opositora encabezada por Gabino Cue. No sólo se trata de las ocho encuestas que le conceden ventaja al candidato de PAN, PRD, PT y Convergencia - dos de ellas publicadas por El Universal -, sino fundamentalmente por la manera como está reaccionando el Gobernador Ulises Ruiz Ortíz ante la debacle que ve venir: actúa sin escrúpulo alguno, ya no digamos el mínimo respeto por la ley. Un caso muy interesante de cuando el cinismo político se convierte en el anticipo de una derrota y no en el de la impunidad.
El gobernador de Oaxaca abandonó - ahora sí de manera completa -, la tarea de gobierno y se asumió como el coordinador de la campaña de su socio y amigo Eviel Pérez Magaña, no sólo porque encabeza la tarea de promoción de su candidato en los medios de comunicación - particularmente en el sistema Oaxaqueño de radio y tv -,sino porque ha dispuesto de los recursos públicos a través del programa de "Unidades móviles" para ir armando la estructura electoral, están bajo su mando la actuación de los órganos electorales, conformó directamente la mayoría de las planillas a los concejos municipales, y personalmente se encarga de varios operativos de guerra sucia, entre otros, tratar de socavar a la coalición opositora mediante acciones directas de intimidación, chantaje y cooptación.
Dentro de los límites legales para la substitución de candidatos ante el IEEO, Ulises Ruiz tomó el teléfono la semana pasada y llamó a varios de los precandidatos que no obtuvieron su nominación dentro de la coalición para ofrecerles todo tipo de prebendas, incluído el poderles registrar sus candidaturas por otros partidos, ofrecidamente el PANAL. Abiertamente, sin rubor alguno, se atrevió a hablarles a varios precandidatos panistas para ofrecerles "lo que quisieran". Y de plano ya no midió nada cuando decidió llamarle a nuestro candidato a diputado por el distrito XV de Huajuapan de León, Luis de Guadalupe Martínez , para convencerlo de que se bajara de la candidatura y se pasara de su lado. Tengo, por supuesto, los detalles de la conversación.
Bajo este método en unos casos chantajista y en otros corruptor le está armando a la coalición "una enorme fractura " que busca presentar ante la opinión pública el resquebrajamiento de los aliados de Cue, por una serie de desprendimientos de "figuras importantes" que exhibirán con marcha y mitin el próximo sábado. No sabemos si el gobernador tuvo éxito en algunas de sus llamadas, pero es muy probable que quienes hayan sucumbido sean figuras con bajo perfil a las que ahora se les quiera magnificar para presentarlas como luchadores sociales de la izquierda democrática o herederos de "la mejor tradición panista" como ya lo hicieron con el pobre de Pablo Arnaud Carreño, el ex presidente municipal panista de Oaxaca que el miércoles 26 de mayo renunció al PAN "por haber perdido sus principios democráticos", y en menos de 24 horas los encontró de nuevo en estado de pureza ¡en el PRI!. Obviamente su nuevo hallazgo democrático estuvo acompañado de una regiduría para su señora esposa, en la planilla del candidato del PRI al gobierno de la capital.
Síntoma inequívoco de que ven venir el descalabro electoral, es ese temor que se volvió desesperación y luego histeria, porque sólo en la histeria se actúa con ese desenfreno. Es el mismo impulso con el que han actuado contra Flavio Sosa, candidato a diputado por el PT, uno de los líderes de la APPO en el movimiento social de 2006.
Estigmatizado como violento, sin haber lastimado a nadie ni con un rasguño, se ha cebado contra él una campaña miserable que lo ha hecho sujeto de un linchamiento mediático, para responsabilizarlo de los hechos que convulsionaron a la capital oaxaqueña, tras el desalojo de maestros del zócalo que ordenó el Gobierno de Ulises Ruiz, inicio de lo que fue una brutal represión que costó la vida de 26 personas. Ahora se ha desplegado una guerra sucia en mantas, volantes y carteleras que recupera algunas de las imágenes más dramáticas de aquellos hechos, y acusa a Flavio de haberle robado a Oaxaca su tranquilidad, para luego descalificar a la coalición y decir que Gabino Cue y Flavio Sosa son un peligro para la sociedad.
La falta de escrúpulos del Gobernador Ruiz tiene también su alianza: con una buena parte del conjunto de medios de comunicación donde reina la desmemoria y la hipocresía, protegiendo al responsable verdadero de aquellos hechos, al auténtico creador de la APPO, intocado en el señalamiento de sus tropelías, mientras se destinan ríos de tinta para hacer odioso y odiado a un hombre cuya integración a la coalición es el mejor ejemplo de que la verdadera reconciliación en esta entidad, será la inclusión social completa, de la que Flavio, en efecto es su expresión más popular.
No obstante que estos hechos son ostensibles, documentados y comprobables, las autoridades electorales parecen no existir. La complicidad del Instituto electoral y del Tribunal cierran el ciclo de la desfachatez.