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En la vida de las personas se abren y se cierran ciclos, igual pasa con los partidos políticos, lo que hace la diferencia en este tipo de transiciones son los aprendizajes que se tienen. En 20 años de gobierno que duró el ciclo panista en Mérida hay muchas cosas positivas que se pueden mencionar, a mi parecer el legado panista radica en la sana costumbre de tener un gobierno que durante mucho tiempo hizo cosas por la ciudad y a la vista de todos, sin embargo en los últimos años también hubo errores, tal vez el más relevante fue hecho de pensar que con sólo administrar, de manera eficiente, siempre se contaría con el visto bueno de los meridanos. Sin embargo, hoy en día los meridanos demandan que además de administrar bien la ciudad, sus autoridades hagan acciones en donde se les vea más cercanos a la gente y no hablo de demagogia y discursos paternalistas, hablo de acciones en rubros como la salud, la educación, la tercera edad y políticas ambientales de largo plazo, y que no todo se quede en sólo hacer calles, parques y mantener limpia la ciudad, eso ya no vende como antes.Se acostumbró a la gente a tener un gobierno eficiente en rubros como las finanzas públicas, pero al parecer eso perdió efectividad ante los ciudadanos. Tal vez se necesita tener un mal gobierno municipal para que la gente vuelva a tener presente cosas y aspectos que por ahora ya no son relevantes como antes, e incluso pasan desapercibidos, como la transparencia gubernamental
De igual manera, se abre un ciclo priísta en Mérida, bañado por interrogantes y un sinfín de irregularidades en el proceso electoral. Anclado en un estilo que sin duda seguirá la línea del Palacio de Gobierno.
No será fácil para la administración tricolor borrar los aciertos panistas de 20 años y más si su gestión es de tan sólo dos años, corren el riesgo de ser cuestionados todo el tiempo, sobre todo si dan un golpe de timón y empiezan a limitar tradiciones como la rendición de cuentas en el gasto municipal.
En teoría la administración municipal es muy diferente a la estatal, de ahí que no se esperan los excesos que a diario vemos en el gobierno del Estado, pero sí esperamos revanchismos con todo lo que sea se perciba panista.
Dos años de gobierno tricolor no da tiempo para mucho en el gobierno de Mérida. Sería iluso y temerario tratar transformar en 360 grados los programas y acciones que tiene actualmente la Comuna y que representan beneficios para la ciudad, pero por el sólo hecho de ser herencia panista muchos programas están condenados a sufrir cambios o desaparecer
Será interesante ver qué va hacer Angélica Araujo en sus primeros 100 días de gestión. ¿Se atreverá a mover las piezas de la administración municipal para crear un aparato similar al gobierno del Estado?
Dichos movimientos requerirían una ingeniería gubernamental compleja y sobretodo costosa en términos financieros. No hay que olvidar que los priístas llegarán a un municipio con una economía sólida. Pero de los tricolores se puede esperar todo.
El PAN en este nuevo ciclo tiene retos que merecen otra actitud y donde ya vieron que no sólo de las buenas administraciones vive el hombre.
En esta nueva etapa se espera la llegada de nuevos liderazgos, que refresquen el panorama panista, pero de igual manera se espera que los que forjaron el legado panista den paso a nuevas formas de hacer política y demuestren altura y no se aferren al poder como tristemente lo hicieron en su momento gente como Ana Rosa Payán y otros más.
Se abren y se cierran ciclos, así es la vida, lo interesante es ver qué aprendimos de todos estos cambios...