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1. Segundo golpe, fallido. La gobernadora mandó la madrugada del miércoles pasado a un contingente de "trabajadores" afiliados a la CROC, encabezados por Pedro Oxté Conrado y algunos de ellos enfundados en camisetas rojas, a tomar la delegación del IMSS en Yucatán. Entraron por la fuerza en la noche, golpeando a guardias privados de seguridad del Seguro. El objetivo era generar un nuevo mecanismo de presión para que el gobierno federal no nombrara en el uso de sus facultades al nuevo delegado del Seguro Social. Entrometiéndose en el ámbito federal, Ivonne Ortega había exigido que el delegado tenía que ser uno de "los suyos": Milton Rubio Madera, Carlos Capetillo Campos, Omar Pacho o el Dr. Iván Aguilar. O de perdida Alejandro Castro, encargado actual de la delegación.
2. Marina, castigada. Un mes antes —en un primer golpe— también la gobernadora había enviado a un grupo de trabajadores y jubilados del IMSS a "tomar" la delegación para impedir el nombramiento federal del nuevo delegado. Esta vez Ivonne no contaría con ellos. El IMSS les rescindió días antes del segundo golpe su contrato, por haber tomado por la fuerza las oficinas de la delegación federal, afectando a empleados y derechohabientes. Encabezó ese primer golpe a las instalaciones la Dra. Marina Eljure, mujer exaltada y dispuesta a dar el primer golpe por instrucciones de Ortega Pacheco. Por eso en esta segunda ocasión tuvo que recurrir Ivonne a Pedro Oxté y a la CROC: para esta tarea la doctora Marina Eljure ya no le entraría.
3. Alejandro, el anhelante. Alejandro Castro, encargado temporal de la delegación del Seguro Social, era el otro candidato de Ivonne para ocupar el cargo que dejó el ex delegado Ranfériz Cruz. Castro estaba al tanto de los comandos que encabezarían un mes antes Marina Eljure y 30 días después la gente de la CROC. Castro fue también el puntual cómplice que avisó a los golpistas croquistas hacia las 3 de la tarde del miércoles "que ya viene para aquí la Policía Federal, la ha solicitado la dirección general del IMSS". Tras el pitazo, los encamisados rojos de Oxté se fueron retirando, quedando unos cuantos en la calle rumiando la reacción de fuerza del gobierno federal. La policía estatal, que había estado todo el día dando rondines para brindar protección a los asaltantes de la CROC, también se retiró discretamente antes de que llegaran los federales. "No le pudimos cumplir a Ivonne", decían.
4. Mediadores frustrados. Varios malogrados interlocutores nacionales del PRI —¿Beatriz Paredes?, ¿Emilio Gamboa Patrón?— llamaron durante esas tensas horas del pasado miércoles a la gobernadora Ortega Pacheco para sugerirle fraternalmente: "Ivonne, no te empeñes. El IMSS es del ámbito federal, no vale la pena que pierdas la interlocución con Gómez Mont por imponer a tu gente en la delegación. No te enterques". Vanos fueron los intentos de los paternales jerarcas priistas, ya que la dzemuleña gritó, según las bien informadas versiones, "¡esto es la guerra, y a mí nadie me hace esto!". La obcecación de la gobernadora por imponerse terminaría con la llegada de los policías federales a rescatar las instalaciones de Chuminópolis del IMSS, tomadas fallidamente bajo las airadas órdenes de Ortega Pacheco.
5. Ten million dollars. Ni el propio subdirector del diario capitalino Reforma lo podía creer. Su informante es uno de los directores de comunicación social de otro de los estados que pagó por estar en la campaña audiovisual de Televisa denominada "Estrellas del Bicentenario". Roberto Zamarripa oía estupefacto: "sí Roberto, te lo digo porque nosostros como Yucatán también pagamos esa suma: diez millones de dólares" —130 millones de pesos— "es lo que cuesta". El asombro creció cuando se supo que fue Televisa la empresa que pagó junto con el gobernador Rodrigo Medina de Nuevo Leon, la serie de encuestas de GCE-Milenio para poner artificialmente al PRI muy arriba en las cifras durante toda la precampaña y la campaña de Mérida. Una triangulación de la que pensaron nadie se enteraría. Les salió mal y quedaron desnudos, al descubierto, pero seguramente sin castigo.
6. "Me negarás antes de que cante un gallo". El diputado federal Erick Rubio Bartell recibe una llamada. Asombrado, el legislador abre los ojos como platos cuando escucha en el auricular a un informante que le da una inusual noticia: "que unos judiciales acaban de romperle el brazo con un tubo al diputado Ismael Peraza. El mismo Ismael lo está declarando en la Clínica de Mérida donde lo acaban de internar para operarlo"... y en lugar de preguntar por el estado de salud de Peraza Valdés —como se hace cuando un amigo sufre una desgracia— Erick sólo alcanzó a tartamudear: "¿y no nos mencionó a mí y a Emilio?". Sólo falta agregar una frase obligada para estos casos: con amigos como Erick, no se necesitan enemigos.
7. Encuentro clandestino. Fue casi un mes antes de las elecciones del 16 de mayo. El lugar, una ex-hacienda de Yucatán. Los nombres de quienes se encontrarían en la misma mesa departiendo asombrarán a más de uno: el secreto invitado especial fue el gobernador Enrique Peña Nieto, acompañado de dos anfitrionas y convocantes, la candidata Angélica Araujo Lara y la gobernadora. Los otros convocados: Luis Correa Mena, Ana Rosa Payán Cervera y Silvia López Escoffié. La próxima semana daremos más detalles de esta clandestina pero reveladora reunión política donde este trío pactó una nueva traición a su ex partido azul.