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Investigadores yucatecos de nuevo figuran en el plano nacional. Ahora, el maestro en ciencias Juan Martín de la Cruz Campos, del Instituto Tecnológico de Tizimín, se ganó el reconocimiento por su trabajo en la producción del abono más barato del mundo, a partir de la cría de lombrices.
En su edición enero-febrero, la revista especializada Tierra Fértil, editada en Guadalajara, Jalisco, dedicó amplio reportaje a la primera granja de lombrices de Yucatán, la cual se estableció en Tizimín cuando Cruz Campos recibió un financiamiento de la Fundación Produce Yucatán, para fomentar una parcela o módulo piloto demostrativo de biofertilizantes de composta y vermicomposta y el especialista escogió las lombrices.
Las bondades de este proyecto se reflejan de inmediato en la reducción de costos de producción: el kilogramo de humus de lombriz es más barato que un kilo de fertilizante químico, resumía el reportaje.
Bajo el título Yucatán produce el abono de tierra más barato del mundo a partir de la cría de lombrices,firmado por Raúl Torres Lugo, damos a conocer algunos aspectos medulares:
Ante la urgente necesidad de abaratar costos en la floricultura yucateca e impulsar una agricultura amigable con el medio ambiente, que no contamine el manto freático y los suelos de Yucatán, expertos en nutrición de suelos desarrollaron un proyecto para producir humus o abono orgánico, mediante la crianza de lombrices de tierra.
En el desarrollo del proyecto encontraron otras bondades de la crianza de los anélidos a partir de residuos orgánicos de tipo animal. Este singular proyecto surgió por una necesidad de prácticas académicas de nutrición vegetal, técnicas de producción y desarrollo sustentable y fisiología vegetal en el Instituto Tecnológico de Tizimín.
Cruz Campos, Doctor en Desarrollo Sustentable, produjo humus o abono orgánico con alto contenido de fósforo y nitrógeno mediante la crianza de Oligoquetos (lombrices). Además de la producción de proteína barata, esos cultivos tienen un valor agregado en los países de Europa y Estados Unidos.
La producción se realiza en dos vías: contenedores de plástico y en piletas de cantera. La cosecha se realiza con una criba de dos milímetros y ofrece un panorama halagador para el agro yucateco, si se difunde su uso.